lunes, 20 de agosto de 2012

Hermanos desaparecidos


Jose Luis Zapata
































El 7 de febrero de 1995, mientras viajaba en un taxi de la empresa Coopebombas desde Jardín (suroeste de Antioquia), donde acababa de realizar un negocio, hacía Girardota. Jose, de apenas 23 años, fue detenido junto  a los otros cuatro ocupantes del vehículo en el que se movilizaba en el corregimiento de Puente Iglesias (Fredonia) por grupos de Autodefensas.

Al parecer el cuerpo de Jose fue arrojado, amarrado de pies y manos, al río Cauca, en Puente Iglesias. Cinco días después del hecho, Humberto encontró el cuerpo de su hermano junto al de otro de los pasajeros del taxi, en la ribera del río en el municipio de Anzá, aproximadamente a 50 kilómetros del lugar de donde, presuntamente, fueron arrojados. Humberto reconoció el cuerpo de su hermano por un lunar que tenía en el abdomen y la ropa que usaba, pues, las aves de rapiña ya se habían comido parte de su rostro.



Humberto de Jesús Zapata



Siete años después de la desaparición de Jose, el martes 13 de enero de 2003, la historia se repite. Está vez el turno fue para Humberto, el mismo que había reconocido a su hermano en la ribera del Cauca. Mientras viajaba en un taxi de Coopebombas para el corregimiento de Cristales (San Roque) en el cual una pasajera iba a cobrar una plata. El taxi fue detenido en el corregimiento de San José del Nus (San Roque) por integrantes del Bloque Metro (BM).


En el taxi, además del hermano de Ana iba un primo suyo, el cual iba manejando. El 16 de enero, Ana fue junto a su hermano, el último varón que le queda, a buscarlos. Al llegar a San Roque un miembro del BM le indagó sobre el porqué de su visita. Después de que Ana le entregó las fotos de su hermano, el paramilitar las llevó a donde varios compañeros, llamó por walkie-talkie y después de un rato le respondió Ana, "Usted no puede subir por allá, si sube ya sabe lo que le pasa".

Luego de este episodio, Ana y su familia no pudieron volver a San Roque a buscar a su hermano, hasta 2008, cuando alias Dorian confesó el hecho. Él fue uno de los pocos integrantes del BM que se acogió a la Ley de Justicia y Paz. En su confesión Dorian admitió que había sido uno de los autores del crimen, pero afirmó desconocer el paradero de los cuerpos y del vehículo. Según él, la orden fue que los incineraran o tiraran al río. Aunque también se tiene la hipótesis de que fueron enterrados con el carro. En 2008, Ana, junto a la Fiscalía y el versionado regresaron al sitio a buscar los cuerpos. Después de varios días de excavaciones, no pudieron encontrar ningún rastro de los cuerpos y ni del vehículo.

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